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Arboles muertos y mucha tinta

El corso maldito

El corso maldito

Autor “Arnaldo Visconti” (seudónimo de Pedro Debrigode)

Serie: El Pirata negro nº 9

Edita: Bruguera, Barcelona, circa 1946

 

Mis amigos españoles me hablan maravillas de Pedro Debrigode. Para muchos, dentro de la literatura pulp hispana, está solo por debajo de José Mallorquí a la hora de contar una buena historia de aventuras. Y más de uno de ellos considera que esta serie está entre sus mejores obras. Aprovechando que encontré por casualidad (y a un precio que no voy a decir para no generar envidias entre otros coleccionistas) un par de las novelas del personaje, me puse a leer esta historia.

El título es engañoso porque no se refiere a un corsario bajo una maldición (y menos a una fiesta de carnaval malefica, peor eso era mas inesperado) sino que se refiere a lo que ocurre en la isla de Córcega, que es una posesión recién conseguida del reino de Francia y está en una efervescencia rebelde. Y un exiliado en Nápoles, Pietro Fonti, está planeando generar una rebelión por todo lo alto. Por suerte el gobernador de la isla tiene un amigo, Carlos Lezama, también conocido como el Pirata Negro, que se ha decidido a resolver el problema del signore Fonzi metiéndose en plena Nápoles para detener su planes. ¿Me olvidé decir que Fonzi tiene en estos momentos a Nápoles bajo su siniestro control y hay una joven noble napolitana que caerá rendida ante nuestro pirata?

Más allá de lo inesperado que es encontrarme con un pirata que apoye el colonialismo frente a un rebelde independentista (si bien sea sustentado por el hecho que es amigo del gobernador francés y que el jefe independentista sea básicamente un tirano de acuerdo a la historia... pero bueno, estamos en pleno franquismo lo que hace claramente que hablar a favor de la rebelión contra el poder algo muy bien visto por las autoridades censoras), no puedo negar que el relato resulta entretenido. El Pirata Negro es de esos típicos aventureros sonrientes, astutos y osados en el molde clásico. Se deja disfrutar mucho, aunque es no llega a ser el prodigio narrativo que es habitualmente una narración de Mallorquí.

Hay otra novela mas de esta serie en la lista de cosas a leer (y varias otras cosas del señor Debrigode también). Después de leer esta novela, quedan en la lista de “despachar en un plazo relativamente corto”. Prometo volver a enfrentarme al Pirata Negro a la brevedad. Va a ser un placer.

 

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